Ahora bien, pasemos a hablar de lo que nos ocupa ahora, Dragon Ball Super.
Tras 15 años del último episodio de Dragon Ball GT llega esta serie dispuesta a reescribir el universo Dragon Ball a partir del final de Dragon Ball Z. Hasta este último episodio 28 la serie se había encargado de convertir las dos últimas películas al formato televisivo, con algunos pequeños cambios en el guión, pero nada importante. Esta técnica de repetir los eventos de las películas, junto a la animación no tan depurada como cabría desear había decepcionado a muchos fans, pero es ahora que aparece el contenido nuevo de Dragon Ball Super cuando más expectantes tenemos que estar, ya que lo que se planea en los próximos capítulos promete (no entraré en detalles por si no habéis visto el último episodio).
En mi opinión creo que Dragon Ball Super tiene una calidad normal, consigue el espíritu que hizo grande a Dragon Ball Z, pero se siente falto de novedad, aún con lo introducido en el episodio 28. Todo esto, junto con la calidad de la animación algo malilla convierten a Dragon Ball Super en una serie recomendable pero con margen de mejora.
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